jueves, 15 de septiembre de 2011

Sueño


Cuando abrí los ojos no sabía si seguía entre sueños o al fin había conseguido despertar.
Soñé contigo, con tu mirada. 
Una vez contigo desee nunca despertar del sueño de tenerte a mi lado, la noche en que vimos esa estrella fugaz.
Quiero besarte. 
Necesito ver tu sonrisa aunque sea por un instante. 
Mas ahora ya quisiera despertar al mundo gris donde no estas, porque tu ausencia me está matando. 
Tu piel, tan solo un roce por favor, no me dejes morir agonizando. 
Deseándote. 
Ni el espejo me reconoce ya, ni ya siento la temperatura del aire, ya no soy yo, porque tú ya no estás conmigo. 
Te extraño. 
En otro lugar del tiempo y el espacio, uno más feliz y brillante, estas durmiendo entre las cobijas. 

Casi oigo tu respiración lenta y pausada, casi me pierdo en tu aroma dulce.
Pero no es real, tengo que despertar de este sueño infernal que me lleva la vida, pero sin ti todo lugar esta vacío, entonces no hay escapatoria, cierro los ojos y ahí estas, los abro y te sigo pensando. 
De alguna forma tengo que sacar tu imagen de mi mente, así que tomo el pincel y lo sumerjo en las mezcladas pinturas. 
La pintura de un sueño, la esperanza de una palabra de tu voz, plasmada sobre el óleo. 
Vagamente tengo una idea del tiempo que llevo pintando tu cuadro, pero ya no confió en mi razón, a veces me parece que han pasado meses enteros, quizá es desde hace solo un instante. 

O no lo sé, otras veces siento que he pintado por siempre, sin descansar, sin dormir, sin soñar. 
Y pinte muchos días mas hasta que tomo forma el cuadro. 
El mejor de mis recuerdos y el más bello y odioso sueño que he tenido. 
El cuadro mismo emana vida de la rosa que sostienes en tu mano, esa flor que me nació darte un día y te sorprendió, ahí en el bosquejo imaginario de la ilusión, sopla un viento suave que mece las puntas de los árboles y se oye el sonido más maravilloso del mundo, el de tu voz repitiendo mi nombre, se siente un calor templado que no se sabe si proviene del ambiente o del fondo de mi corazón. 
Todo eso se quedó en la pintura, pero es solo lo que siempre ha sido, una ventana a la fantasía.
Con la última pincelada al empedrado, concluyo la más preciada de mis obras.
Tú te hayas al final del camino, es el momento en el que me quede atrás y volteaste para apresurarme con la mirada, como ame ese momento, como te amo a ti, como ciento hasta envidia de tu corazón, ya que por siempre te pertenece y tú no puedes vivir sin él. 
Así quisiera ser yo. 
Mi vida, no tengo idea de cómo vivo sin ti, si tan solo pudiera alcanzarte, sacarte de mis sueños. 
Sería tan feliz. Me han dicho que deje de mirar este cuadro maldito, saben tan bien como yo que es mi perdición y mi locura. 
El tiempo es una ilusión y pronto me perdí en ella, tal vez pasaron años hasta el día en que decidí marcharme.
Me bañe y me puse presentable, suspire y sin más entre al cuadro para seguirte por aquel camino empedrado de alguna noche entre mis sueños.

jueves, 7 de julio de 2011

Hopeless



Un reloj marca estruendosas
y desafinadas campanadas, la
oscuridad inunda el lugar y
haciendo un esfuerzo, vez una luz
roja a la distancia.
Caminas entre los árboles
invernales de una oscura noche,
derecho hacia la luz.
La gente pasa en dirección
contraria pero no son más que
un conjunto de matices grises,
que no habla, ni mira.
Cada vez mas cerca del destello
rojo y te das cuenta que no es
mas que una luz a través de
una puerta.
¿Que podrá existir en un lugar como
aquel?
Parada en el umbral de aquella
única puerta alcanzas a escuchar
una melodía suave, melancólica
y desenfrenada.
Y tus latidos aumentan su velocidad
ordinaria, descontroladote.
Un sonido estrepitoso te hace
estremecer, mas cerca, mas cerca y
no se detiene.
Casi por instinto abres la puerta
para encontrarte con una
habitación sombría que arroja
destellos carmesí a las
destartaladas paredes.
Un manojo de sombras danzan
erráticamente y un escalofrío de
muerte te deja sin
respiración.
Un paso, dos y te percatas de los
peculiares objetos olvidados en
aquel lugar.
Un sin fin de cosas rotas le dan un
toque escalofriante a la
habitación y la extraña tonada
no se detiene.
Aquella luz infernal ilumina
también manos y piernas como
trozos de muñecas rotas que
sobresalen entre las sombras y el
desorden.
Quieres cerrar los ojos, moverte si
quiera, pero no puedes, tu
cuerpo no responde, ni gritar,
ni correr, estas paralizada del
miedo.
Nuevamente un escalofrío y tiemblas
sin control cuando ubicas un
par de ojos demoniacos, alguien te
mira…

Despiertas con un grito ahogado,
empapada en sudor frío y con
el corazón desbocado. Menos
mal que solo era un mal sueño,
vivido y aterrador pero no mas
que eso.

Miras alrededor y cuando tus ojos
se adaptan a penetrante
oscuridad notas que algo
extraño sucede, pareciera que a
donde voltearas solo hubiera
escombros.
Sobresaltada recorres todas las
habitaciones sin encontrar un
alma conocida. Paredes caídas
y trozos de techo lo abarcan todo
y la las cosas materiales que
alguna vez te fueron importantes
se hayan destrozadas en el
suelo formando un caótico
desastre.
El silencio es lo más angustiante,
las lágrimas comienzan a
brotar.
Por favor no, por favor no!-
suplicas al tiempo que sales a la
calle.
Ahí todo luce exactamente igual, no
más que desoladoras ruinas te
rodean.
¡Alguien ayúdeme! Gritas
desgarradoramente entre sollozos.
Todas las casas parecen tener
el mismo color y ya nada importa
realmente.
Caminas, corres sin un destino
fijo, tan solo esta ese
sentimiento impotente de
querer escapar.
Y es por eso que cuando tropiezas
casi no sientes el dolor de tus
rodillas sangrando pues al
último dejo de esperanza se le
antojo abandonarte…


***

Después de eso desperté mas
aterrada que nunca en mi vida, de
regreso a la realidad, o quien
sabe...
Tal vez un día me despierte de
nuevo.